Mayte Rivas
Un territorio árido, abundantes lluvias, un río creciente…
Ese es el contexto ambiental del lugar en donde Hilario fue visto por última vez.
Su familia lo busca, tiene la esperanza de encontrarlo.
Contemplando el caudal del Rio Negro de Sacapulas, los familiares de Hilario suplican volver a verlo, saben lo que ha pasado, la resignación ha tocado a su puerta; tan solo piden poder encontrarlo para despedirse de él.
El encargado de la Coordinadora Municipal para la Reducción de Desastres, -COMRED-, Pedro Chávez, dirige su búsqueda.
La COMRED como entidad encargada de coordinar la reducción de desastres con instituciones públicas, privadas, nacionales o internacionales y con la sociedad civil en general, efectuó una búsqueda en distintos puntos del Rio Negro para localizar el cuerpo de Hilario.
Pedro le cuenta a un familiar de Hilario que, de parte de la COMRED han recibido capacitaciones que les brindan competencias estratégicas de análisis y práctica para llevar de la mejor manera las situaciones inesperadas de búsqueda, hacer lo correcto y ayudar a los demás.
“Nosotros compartimos con el equipo de rescate esas herramientas para que juntos hagamos un trabajo útil y tengamos buenos resultaos”, expresa Pedro.
La familia de Hilario se unió a la búsqueda en las orillas del Rio Negro.
Con ayuda de agentes de la Policía Municipal de Tránsito y de vecinos de la familia, la búsqueda se intensificó.
Luego de tres días de la desaparición de Hilario, según familiares por lanzarse al río a buscar una gorra de su pertenencia que el viento se había llevado, aún no hay rastros de él.
La búsqueda implica alto riesgo para los socorristas, aún con su equipo técnico.
A pesar de las fuertes corrientes en el caudal del Río Negro de Sacapulas, familiares y agentes designados se introdujeron para hacer la búsqueda más efectiva, con la esperanza de encontrar el cuerpo de Hilario.
Todo el esfuerzo de familiares, vecinos y de instituciones gubernamentales, no tuvo los resultados esperados.
El cuerpo de Hilario, oriundo de Nebaj Quiché, que días antes habría caído al Río Negro de Sacapulas por buscar una prenda, fue arrastrado por la fuerte corriente y desapareció.
Seis días después fue encontrado sin vida en el embalse del Río en Patuy, Cubulco, Baja Verapaz, a seis horas de donde desapareció.
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