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“Juventud, ¿sabes que la tuya no es la primera generación que anhela una vida plena de belleza y libertad?”, profundas palabras de Albert Einstein, que su trasfondo, radica en un llamado de atención a todos los actores intelectuales sumergidos en el tema de la educación financiera, los cuales se integran desde los gobiernos, hasta los sistemas financieros y la sociedad en general, pero de forma directa a los jóvenes.
A lo largo de la historia la juventud se ha caracterizado por actuar de la misma forma, el deseo de libertad y de desarrollo es algo que caracteriza a esta esta parte de la población económicamente activa, justo es esa parte de la población que tiene en sus manos el cambio, pero no visto desde una forma romántica sentimental, ¡no!, por el contrario, debe ser visto como una responsabilidad y una deuda a pagar con la sociedad.
Pero… ¿Por qué una deuda?, pues si bien los jóvenes no se creen actores de cambio de una sociedad, es como negarse a la idea de ser joven, pues en ellos radica la prosperidad del futuro. Vale la pena explicar cómo a lo largo del camino y desarrollo, la persona inicia su camino económico de forma empírica y es allí donde inicia el dilema del desarrollo y crecimiento de una nación, ya que, si sus pobladores no temen un modelo o guía, su camino será sin rumbo, sin destino y tristemente sin propósito.
Es por ello fundamental despertar el deseo en la juventud sobre estos temas, y que mejor si es a una edad temprana, pero lo más importante para generar este hábito, los jóvenes deben participar en actividades que contemple el desarrollo de proyectos de alto impacto entre la población de su edad, esto con acciones concretas para acercarlos a la educación financiera, sobre todo en países con vías de desarrollo en el que el mayor porcentaje de su población y de quien dependen su economía es un público joven’. Es más, el proceso electoral 2023, ha demostrado como los jóvenes tienen en las manos el cambio, y que informados e involucrados logran modificar la historia, para volverse ellos protagonistas del rumbo del país.
Pero para ello es importante saber hacia donde orientar a la juventud, sabiendo que esta se encuentra en el porcentaje más alto de la población desempleada, en ocasiones sin acceso a la educación y en muchas otras donde son ellos el sustento de su familia. De esta cuenta temas como: La planificación financiera para adquisición de activos, proyecciones y planes para tener un fondo de ahorro; disponible para continuar con sus estudios, manejo correcto de tarjetas de crédito; como instrumento de financiación y no como objeto de endeudamiento; formas de ahorro en inversión, entre otros, serán la clave para una juventud financieramente responsable.
La educación financiera entonces, permite el desarrollo, los países que mejoran sus finanzas encuentran la clave en la cultura del ahorro desde las familias, como base de la sociedad, de igual forma la importancia de educar al respecto de la deuda saludable, los derechos del consumidor financiero, temas como el endeudamiento, la inversión y ¿Por qué no? hablar de dinero electrónico, la cotización en bolsa de valores entre otros, que no deberían de ser temas aislados de la población joven y que la importancia de su aprendizaje y puesta en marcha generaría beneficios en su desarrollo personal y en conjunto.
Entonces incrementar el nivel de educación financiera de las personas desde una edad temprana y consiente generará un aportar sustancial a la transformación positiva de la sociedad y con ello el desarrollo de Guatemala como nación.
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